El desarrollo tecnológico ha permitido que el dispositivo para intervenir llamadas telefónicas esté casi al alcance de todos, lo que hace que el delito de las escuchas ilegales se haya extendido de forma notable.
Una dependencia desmedida de las redes sociales puede hacer que faltemos al trabajo, que tengamos un bajo desempeño en la escuela o que nos aislemos socialmente porque no somos capaces de relacionarnos con las personas más allá de las pantallas de los dispositivos electrónicos.
El plagio, por su parte, es la apropiación de las ideas de otra persona para hacerlas pasar como propias.
Los riesgos que surgen con el sexting son los mismos asociados, en general, con el mal uso de las tecnologías de la información y la comunicación.
Referencias
Libro de Ética 2, páginas 43-51